El fascismo ataca Bolivia

Los ‘cambos’, grupo geopolítico boliviano, se comporta de una manera cínica y vergonzosa. Estados Unidos, tal y como lo hizo en la revuelta genocida Pinochetista, ha estado detrás de los incidentes. En esta ocasión a través del separatista embajador de los Estados Unidos en Bolivia, Mr. Philip Goldberg y del violento prefecto Rubén Costas.
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Para variar, los muertos (16) y heridos han sido inevitable producto de la violencia fascista que hoy más que nunca quiere apoderarse del orden boliviano en una guerra interna explicable sólo por el racismo y el odio de parte de los ricos que quieren separarse de la ‘chusma’.

Todo se produjo cuando un grupo de separatistas violentos atentaron contra un gasoducto, en el departamento de Tarija, en la región del Chaco, provocando explosiones perjudiciales en el transporte de este producto al Brasil, informó la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

Es así que Morales decide expulsar a Goldeberg, gritando a todas las naciones que rechaza todo tipo de intervención extranjera que quiera detener y conspirar contra los principios democráticos que lo llevaron a ser presidente.

No les bastó que Evo Morales convocara a referéndum y sea ratificado en el cargo con más del 60% de votos. Por tanto, las decisiones tomadas por gobierno del mismo basada en la propuesta de su partido, debería ser archilegítima, dado que fue ungido mandatario por la masa boliviana.

(En Perú, por ejemplo, ocurre todo lo contrario. García engaño y mintió descaradamente cuando hizo campaña y a la hora de cumplir, se olvidó de los pobres y trabaja para los ricos, pone al Perú en venta y quita presupuesto a los sectores más necesitados cuando el Perú está creciendo en cifras. Aplicó y continuó el modelo neoliberal cuando en su plan de gobierno prometió lo contrario. Yo me pregunto qué pasaría si este aceptara un referéndum).

Es la misma técnica que utilizaron los yankis por medio de Nixon cuando Pinochet asesinó a Salvador Allende y se erigió presidente de Chile. Es así como los Estados Unidos quieren eliminar a adversarios políticos de la calaña de Evo Morales, uno de aquellos que no anda propenso a arrodillarse ante las presiones del país del norte.

Bush ama a los García, besa las manos a los Uribe. Jamás querrá a un Evo Morales, a un Lula da Silva y mucho menos a un Hugo Chávez que acaba de mandarlos al carajo sin ascos.

Mientras pueda, Washington intentará tumbarse a estas mayorías incómodas para poder así extender su imperio terco que no entiende que su apogeo morirá pronto con las teorías neo de Friedman.

No permitamos que las matanzas en el medio oriente se repitan aquí. En nombre de “nuestra libertad” como suele alegar el sanguinario Bush.

Si se produce el encuentro de presidentes el Lunes, que sea para concordar en que Latinoamérica no necesita de la intervención injusta de aquellos del norte. Fuira de aquí.

Imagen gracias a José Mercader de Rebelión encontrado en Radio La Nueva República