miércoles, 23 de julio de 2008

Opinión: Solidaridad Pura

Arriba: Presidente y Ministros en estrado de "Marcha
por la paz". Abajo: Entierro de Víctimas de la Cantuta.

Andando solitario por las calles miraflorinas el pasado sábado, no pude evitar toparme con una ruidosa “marcha pacífica por la paz y los rehenes colombianos de las FARC”.

Me pareció destacable el ambiente festivo que allí se vivía. Había mucha gente y muchos globos. Muchos fotógrafos, y periodistas: la campaña mediática funcionó bien. El tránsito vehicular por el Parque Kennedy se bloqueó durante toda la tarde. Había ferias con comida colombiana, peruana también. Música a todo volumen, politos blancos por aquí, politos blancos por allá. Obreros de construcción comentando acerca del pantalón ‘cuete’ de Lucecita en el estrado, chicas comentando acerca lo cuero que era Joselito, el co-animador. Lo que no entendí era el objeto de la fiesta: ¿los rehenes de las FARC? Entonces…por qué fiesta?

Lo que no se supo con campañas mediáticas y tanto ruido, es que el mismo día, se realizó el último entierro de las víctimas de la Cantuta, asesinados cruelmente por el destacamento Colina el 18 de julio de 1992. Recordadas víctimas entre muchas que este brutal grupo dejó en la década pasada, siendo protegido hasta ahora por el chino sinvergüenza.

El hecho es que durante dicho entierro, según se informó, no asistió ningún representante de nuestro desatinado gobierno y lo peor de todo, es que los familiares y amigos, tuvieron problemas para enterrar a los restos de sus familiares. Resultó que el Ministerio de Justicia no había hecho las gestiones necesarias para el entierro, razón por la cual se tuvo que esperar más de una hora para poder realizar el entierro.

¿Por qué es tan injusta la vida con algunos? – me pregunté en varios momentos críticos de mi vida. - ¿Existe Dios para ellos? – pensé. Y lo volví a pensar cuando veía las páginas de algunos periódicos llenos de Lucecita moviendo sus bien trabajadas piernas al ritmo de la cumbia con tanta gente en Miraflores, y por el contrario, las informaciones del entierro relegadas a terceros planos.

Es paradójico. Qué hicieron mal estas víctimas, que siendo tan cruelmente enterrados y desenterrados dos veces a manos de sus asesinos, (Martin Rivas, Sosa y cía), encontraran impedimentos para lograrlo con sus familiares.

Totalmente diferente fue la suerte de la ‘Fiesta por los rehenes de las Farc’, ya que todos o casi todos los personajes más importantes de nuestro gobierno, estuvieron paraditos en el estrado con Lucecita. Estuvieron Alan, su esposa Pilar Nores. Ministros entre los que destacaban Jorgito, Rosario Fernandez, García Belaúnde, Garrido Lecca, hasta el hijo de Jorgito, la congresista Luciana León, y muchos más que me olvido. Hasta estuvo el hijo extra-matrimonial de García: Federico Dantón. Una barbaridad de concurrencia gubernamental. Digo, qué manera de solidarizarse con el extranjero, pero…¿qué hay del Perú.

Se cantaron los himnos, Alan besaba la bandera de Colombia, se felicitaba con el embajador Alvaro Pava, lanzaba sus sonrisas figuretis. Salían los grupos de cumbia a tocar. Supe que también estuvieron las siempre desnudas cumbiamberas de Alma Bella, y los NSQ y NSC.

Demás está decir que este es un nuevo intento desesperado del gobierno por cambiar su imagen represora, mentirosa y corrupta. Mejor ni repetir las arengas que el presentador lanzó para el presidente Uribe y hacia Alan García. Es suficiente decir que no faltaron. Tampoco faltaron ayayeros, menos portátiles que le hacían cánticos al barrigón mandatario.

Con frecuencia, muchos mueren olvidados en las fauces del mundo de la frivolidad y del momento. Se llega a confundir la solidaridad con vendarse los ojos, se vende un optimismo que cada vez es más absurdo y estúpido.

A veces es tan fácil comprender por qué el asqueo de un régimen injusto.


Alan sonriéndole forzadamente
a una cámara de TerceraVuelta.

1 comentario:

K'apuliñawi dijo...

Daniel, es el primer post que leo completo (los demás salteaba un par de lineas).

¿Quién pensaría que un antiturbopotamio escribiría tan bien? La verdad es que sí me sorprendiste.

Seguiré leyendo, mi estimado caja de pandora